La insostenibilidad de la situación italiana… y europea

Italia se fractura con la falta de apoyo a Mario Draghi y su posterior dimisión como primer ministro italiano. La complicada situación que atraviesa Europa en estos momentos y que hemos ido repasando en las anteriores newsletters (autonomía estratégica, guerra entre Rusia y Ucrania, subida de tipos de interés, así como escándalos que se suceden en diversos países), está afectando de manera asimétrica a cada país, empezando por Italia.

FUENTE: EFE

La marcha de uno de los hombres con más reconocimiento en Europa en materia económica se ha notado con fuerza en los mercados, con una banca que se hunde y una prima de riesgo disparada. El exbanquero ya ha dicho que no repetirá y el país se acerca a nuevas elecciones. Italia tiene una larga tradición de crisis y en otras ocasiones se ha citado la frase de escritor Ennio Flaiano: “La situación política italiana es grave pero no es seria”.

Esta frase cobra más fuerza desde la irrupción del Movimiento 5 Estrellas (M5E) o de la Liga Norte de Matteo Salvini. Desde 2018, estos movimientos populistas han intervenido en los gobiernos italianos con independencia de su ideología en búsqueda del tan ansiado poder, sin pensar en sus actos y en cómo afectan a la economía y a los ciudadanos. Una tragicomedia política.

Los grandes países del viejo continente no están viviendo su mejor momento político en cuanto a gobiernos se refiere. Boris Johnson ha tenido que abandonar su cargo por su desgobierno en Inglaterra, la política del espectáculo y las fiestas covid, que han acabado forzando su salida del 10 de Downing Street.

La gran potencia alemana tampoco se libra de problemas políticos. Alemana es uno de los países más afectados por la crisis energética provocada por Rusia, y el canciller alemán Olaf Scholz se encuentra en la vuelta a las políticas austeras y proteccionistas propias de una gran crisis. La salida de Merkel, una de las grandes figuras de la política europea en lo que llevamos de siglo ha sido un gran varapalo, ya no solo para el país, también para la Unión Europea. Cuando se inició la guerra, muchos apostaban por Merkel para tomar partido en las negociaciones con su ‘amigo’ Putin. Ya que era la única personalidad política europea con la que el líder ruso tenía una gran relación.

En Francia, a pesar de haber ganado las elecciones, Macron ha perdido la mayoría de la Cámara y tendrá muy complicado gobernar y sacar adelante sus medidas electorales. El ascenso de los populismos y extremismos ha puesto en jaque al Elíseo y la ciudadanía francesa, que ya no confía en Macron, se deja engatusar por enemigos de la libertad y la democracia.

En esta situación de crisis política permanente e inestabilidad, España tristemente fue pionera desde el inicio de la actual legislatura. Aunque es improbable que Sánchez convoque elecciones anticipadas a no ser que un gran escándalo o una situación insostenible en el país lo provoque, es evidente la recta final de la legislatura.

La responsabilidad no es opinable

Entendemos por Gobierno un conjunto de personas y organismos que gobiernan o dirigen una división político-administrativa de forma coordinada. Curiosamente en España hay divisiones fuera de lugar en temas que no son opinables. No es la primera vez que desde Unidas Podemos se enfrentan a Sánchez por las políticas de defensas y sobre nuestro papel en la OTAN. El ejemplo más claro de la falta de responsabilidad de la formación morada fue el retraso de España en el envío de armas a Ucrania por capricho de estos.

FUENTE: EFE

El último plantón de Podemos sucedió hace dos semanas cuando se desmarcó del acto de 40º aniversario del ingreso de España en la Alianza Atlántica. Yolanda Díaz era la única invitada de Podemos por su pertenencia al Consejo de Seguridad Nacional, pero no asistió por una “cita médica” según las fuentes oficiales, pero que va en línea con los planteamientos y actitudes de Podemos respecto a nuestro papel en el apoyo a Ucrania.

Estas actitudes de Podemos solo perjudican la imagen del país de puertas para afuera de forma previa al encuentro que tendrá lugar en Madrid a finales de este mes. Lo extraordinario de esta situación es que jamás un gobierno miembro de la OTAN ha estado tan dentro y tan fuera al mismo tiempo.

El discurso de Podemos es inaudito ya no solo por la situación en Europa, sino por esa simple defensa de ‘la paz’ y ‘la diplomacia’ como vía para poner fin a la guerra en Ucrania. Una cosa no quita la otra y más cuando la OTAN es un instrumento de garantías de los elementos anteriores. Ver “lógico”, como han dicho desde la formación, ausentarse de un acto tan importante o considerar al organismo “un instrumento de guerra”, como dijo el ministro Garzón, es algo que se observa con preocupación en el exterior. Luego al Gobierno le extrañarán ciertas decisiones de organismos internacionales mientras Sánchez se jacta de tener un “equipazo”.

Por tanto, es curioso que la visión de Podemos y de la OTAN en el fondo estén unidas. Paz y Diplomacia son dos conceptos que la Alianza Atlántica lleva consigo desde el primer día. Podemos no tiene discurso, por más que Yolanda Díaz se ocupe en tratar de enmendar los errores de sus compañeros y suyos propios.

En esta tesitura, los movimientos de la extrema izquierda no hacen más que debilitar la ya mala imagen que en el exterior tenían de nuestras políticas. España es una potencia europea autodegradada durante esta legislatura hasta lo más hondo de los países con menor calidad democrática de la Unión y al que siempre deben corregir. Nuestro país tiene la capacidad de ser una potencia y poder participar como una voz autorizada en todo lo que tenga que ver con el futuro y defensa de la UE.

Los españoles ya deben estar cansados de estas actitudes. El desgaste de los miembros del PSOE de este Gobierno de coalición por luchas tan absurdas, hace que muchos españoles pidan a los dos grandes partidos un Gobierno que evite la vuelta de Podemos y la entrada de Vox, alineados ambos en contra de los valores de cooperación occidental. De este modo nos evitaremos cierto tipo de debates innecesarios y agresivos que, como hemos visto, ningún favor hace a nuestro país.