Por qué rechazar la amnistía, igual que se rechazaron los indultos

Los miembros del Gobierno y los líderes del PSOE y Sumar tienen fundamentos sólidos al sostener que existe una marcada distinción entre una amnistía y un indulto. Esta discrepancia resulta innegable. En efecto, las repercusiones políticas derivadas de una amnistía superan con creces en relevancia a las emanadas de la capacidad para otorgar indultos. 

FUENTE: EFE

Pero también se muestra hasta qué punto aceptar lo segundo (los indultos) abrió la puerta a aceptar lo primero (la amnistía) y si se acepta ésta como inocua para el régimen del 78, se aceptará el referéndum, sea cual sea el apellido que se le quiera poner (“no vinculante”, “consultivo”).

En contraposición al indulto, la amnistía no sólo altera la condena de aquellos ya sentenciados, sino que también excluye, en favor de todos los imputados en espera de juicio, el ejercicio de la jurisdicción estatal. Esto se debe a que la amnistía priva al poder judicial de su facultad para enjuiciar y aplicar sentencias sobre lo juzgado. Mientras el indulto impacta en la pena impuesta por el juez, la amnistía borra el delito y obstaculiza la labor que los jueces están exclusivamente encargados de realizar en los Estados regidos por el imperio de la ley. 

Lo que realmente está en juego es la supervivencia misma del sistema tal como fue configurado por el pacto constitucional. La consolidación de nuestra democracia como un espacio de convivencia en el cual todos los ciudadanos gocen de iguales derechos, ya residan en Bilbao, en Sant Feliu de Llobregat o en Olivenza. La gran paradoja de nuestra era radica en que aquellos que no cesan de enfatizar la solidaridad y la justicia social son precisamente los primeros en respaldar esta deriva confederal que ha permeado a la izquierda, lo cual resulta perjudicial para la necesaria cohesión territorial. 

La amnistía implica reconocer que, tanto aquellos que ya han sido condenados como los que están pendientes de juicio, no deberían enfrentar la justicia por crímenes cuya validez se cuestiona. Este cuestionamiento surge porque se admite que el contexto político prevaleciente en el momento en que se perpetraron dichos delitos justifica su eliminación, como si nunca hubieran ocurrido; lo que atenta ferozmente también contra la igualdad de todos los españoles ante la ley. 

El presidente del Gobierno en funciones es capaz de todo para gobernar y bien lo saben los independentistas. Aún por encima cuando los delincuentes no solo no han demostrado intención alguna de no repetir el acto que los llevó a la condena, sino que no hacen más que incidir en sus intenciones de repetir tan honrosa acción. 

El presidente en funciones ha traicionado al PSOE y lo ha llevado a traicionarse a sí mismo junto a la Constitución. La etapa que surgió con la Constitución de 1978 tiene el potencial de perdurar, lo cual sería beneficioso. Sin embargo, ha experimentado una transformación profunda.

Ya no es la época de mayorías absolutas en la que los dos principales partidos podían aliarse eventualmente con partidos nacionalistas moderados, al igual que entre ellos mismos. La posibilidad de acuerdos transversales sostenidos en el tiempo parece haber llegado a su fin, cuando una de las últimas fue la aprobación de la aplicación del artículo 155 de la Constitución. El sistema originalmente no estaba diseñado para operar con dos bloques permanentes que no pueden cooperar entre sí, pero ahora debe adaptarse a esta nueva dinámica que se ha convertido en su característica central. 

Alberto Núñez Feijóo parece no haber reconocido esta transformación estructural. El candidato a la investidura actúa como si este cambio drástico sólo afectara a la izquierda, y como si pudiera continuar operando como en los tiempos anteriores. Por eso, ha tomado la sorprendente iniciativa de negociar con el PNV e incluso con Junts para obtener su apoyo en su investidura a finales de septiembre.

Es posible que esto sea simplemente un gesto de cortesía parlamentaria, en cuyo caso sería loable. Sin embargo, si alguien en el PP piensa que puede obtener el respaldo de aquellos que ya forman parte del otro bloque estructural, o que en el futuro tendrá alguna otra opción aparte de gobernar con el apoyo de Vox, demuestra que está atrapado en una mentalidad obsoleta y en grandes dificultades para sacar adelante un Gobierno.

3 comentarios

  1. Monica Martin Garcia dice:

    Es cierto todo lo.qie decís y yo creo que la.unica opción es que el Rey no de opciones a Pedro.Sanchez cuando fracase Feijo y que se vuelvan a repetir elecciones. Aunque el riesgo de esto sería que Vox perdiera votos a favor de l Pp o que incluso esta repetición beneficiase a la.izquierda.
    Mi pregunta es: por que la dercaha no se organiza y sale a la calle anta tanta tropelía?

  2. Antonio dice:

    La derecha necesita más inteligencia para obtener una resultante de sus fuerzas que le permita gobernar.Es posible que debieran estudiar aquellas circunscripciones electorales en las que obtengan mayor rendimiento electoral con una lista de coalición PP-VOX.
    Recuerdo que la CEDA ganó las elecciones del 34 y como no habían obtenido el título de <> que concedía caprichosamente-que pensó que la(su) República estaba por encima de la democracia y dio un golpe de Estado en Asturias y en Cataluña.
    El Frente Popular,ahora, ya está creado y operativo,así que ya sabe Feijóo de que va esto y si no,que lo deje.
    No obstante Feijóo me parece-y así lo creo-persona inteligente y capaz y mantengo la esperanza de que consiga la presidencia,le recomiendo para la próxima:
    1.No equivocarse de enemigo.
    2.Custodiar los votos por correo en BdE que es lugar más seguro que Correos.
    Me gustaría comprender como ha habido esa gran diferencia de representantes de los dos principales partidos entre el Congreso y el Senado.Y cómo ha ocurrido que todos los pronósticos erraran excepto el del CIS que se caracteriza por plantear supuestos incalificables.
    Llamo la atención a los votantes suicidas del PSOE cuya codicia puede crear un serio conflicto a España

    1. Javier dice:

      La clave electoral estuvo y estará en que el PP debe hacer un compromiso firme y convincente de no dejar atrás a feminismo y colectivos LGTBI y con el principio de igualdad ante la ley. Sobre esa base ofrecer un proyecto de futuro sin mirar atrás.

Deja un comentario