Normas y restricciones ante la pandemia: el ‘caso Djokovic’ 

Estas últimas semanas ha sido noticia en el mundo del deporte la noticia de la llegada de Novak Djokovic para disputar el Open de Australia sin haberse vacunado, en un país que ha sabido gestionar con éxito la pandemia y tiene unas normas muy claras en términos de salud pública con respecto al virus.

FUENTE: EFE

La situación de tenista nº1 del mundo se ha convertido en cuestión de estado en el país oceánico tras una polémica exención médica que le otorgó la organización de Open de Australia y con la que el serbio de decidió a acudir, a sabiendas de que el que impone la ley es el país y no la competición. 

Djokovic es libre y ha de respetarse su decisión de no haberse vacunado, así como él debe acatar las leyes de un país si quiere acceder a legalmente a un país sometido a unas políticas restrictivas de las más duras del mundo durante la pandemia. Este, no es un conflicto entre antivacunas y provacunas; pero los antivacunas han encontrado una figura de peso en el deporte para apoyar su tesis, siendo peligroso para la salud que haya gente que no se vacune y se contagie de covid, debido a los efectos que este puede tener sin una protección como la de las vacunas. 

El tenista serbio estuvo unos días ‘retenido’, pero la decisión del juez Anthony Kelly le dio un respiro al este ordenar al Gobierno australiano implementar la orden de liberación, entregar su pasaporte al tenista serbio y sus efectos personales y pagar los costes legales de Djokovic, quien podría jugar en el Abierto de Australia.  

Entre los argumentos de Djokovic para no vacunarse es que pasó el virus hace 6 meses y recientemente, en diciembre. Argumento que, de ser cierto, sería de gran irresponsabilidad por parte del deportista, debido a que tuvo un acto el día después de ese supuesto positivo, con niños y sin ningún tipo de medidas de seguridad.  

Como comentamos al principio de esta pieza, no es preocupante que el tenista serbio, nº1 del mundo, no haya sido vacunado; pero debe asumir las consecuencias de sus actos, así como la de tomar responsabilidad en sus acciones y no culpabilizar a otros por sus errores. Esta situación está causando gran revuelo a nivel mundial, dando fuerza a que la gente que niega el virus o su cura se reafirmen en figura de gran referencia.  

Aquí en España se ha cogido a Djokovic como figura a defender por la ultraderecha, ya que Djokovic comparte esos valores ultraconservadores y ultranacionalistas que bien pueden ser identificables con los partidos de la extrema derecha; cuando identificarnos con los valores de Rafael Nadal, de un cumplimiento total y absoluto de la norma establecida, debería ser lo normal y más responsable. 

Finalmente, el caso se ha cerrado con la marcha del tenista de Australia al no cumplir las normas imperantes en el país. De esta forma se cierra uno de los casos que más controversia ha generado entre los aficionados de este deporte, y también entre los que defienden la ley y aquellos a quienes su libertad les preocupa más que la común.  

Desde otro de los ‘Grand Slam’ del tenis, la organización del Roland Garros también ha adelantado su rechazo a dejar participar a jugadores sin esta vacunados. Tesis que casa a la perfección con el discurso de su presidente, Emmanuel Macron, durante estas últimas semanas 

Está bien querer defender nuestras libertades, pero ningún individuo está por encima de la libertad colectiva. 

1 comentario

  1. Javier Gcia de la Calera dice:

    Nadal es un señor, y la mejor imagen de España y los españoles.

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