Recuperar peso en la política internacional cuesta algo más de 20 segundos

El encuentro de escasos segundos en un pasillo de la cumbre de la OTAN entre Pedro Sánchez y Joe Biden, es una buena muestra de lo mucho que queda por hacer en materia de política exterior. Esta mal denominada ‘reunión’ ejemplifica la irrelevancia de España en materia geopolítica, especialmente en un momento clave para las relaciones internacionales donde los bloques americano y chino presionan sobre una Europa desunida, dependiente energéticamente de un enemigo como es Rusia y que no ha sido capaz de recomponer sus dinámicas internas tras el Brexit. ¿Cómo es posible que la cuarta economía de la Unión Europea tenga un papel tan secundario, y que en el primer viaje de un presidente recién elegido en Estados Unidos, Madrid no haya sido ni siquiera planteada como parada obligada?

(FUENTE: EFE)

España debe poner urgentemente en marcha un plan que recupere su posición geopolítica, reivindique su historia y establezca un nuevo juego de alianzas estratégicas, empezando por sus aliados tradicionales y acabando con una entente cordial con sus enemigos tradicionales, especialmente su vecino del Estrecho. Es probable que el ‘atlantismo’ haya llegado a su fin, teniendo en cuenta que se construyó en un momento histórico donde el ‘centro de gravedad’ geopolítico estaba en Europa. Sin embargo, ahora está en el Pacífico y China en menos de 2-3 años será la primera economía del mundo con un peso del 20% sobre el PIB global.

Por tanto, es necesario reconstruir el mapa de alianzas teniendo dos ejes estratégicos como prioridad: por un lado, el eje atlántico con las relaciones con Estados Unidos y América Latina y, por otro lado, la ‘Nueva Ruta de la Seda’ puesta en marcha en 2013 por China, la cual se ha convertido en la principal fuerza de extensión de un bilateralismo dentro de la tendencia general de la globalización, el cual cambió el planteamiento de Estados Unidos en 2016 y que ahora está por ver si la Administración Biden cambiará o no.

Con semejante desafío por delante, se necesitan más de 100 metros o 30 segundos de paseo de nuestro presidente con el presidente Biden para hablar de las relaciones bilaterales entre España y Estados Unidos, de Latinoamérica y de felicitar a Biden por su agenda progresista, en lo que Sánchez calificó como “una primera toma de contacto”. Moncloa aunque quiera ‘vender’ un encuentro que jamás se realizó en esos términos y teniendo en cuenta que la comitiva de Estados Unidos no llevaba marcada en la agenda de su viaje a Bruselas para la reunión de la OTAN reunión alguna oficial con España, debe reconocer que ya vamos tarde y que cuanto más tiempo pase, mayor va a ser la irrelevancia de España en política exterior.

No dudamos de que en algún momento se producirá una reunión entre ambos presidentes, ya que nuestro país ha sido históricamente un fuerte aliado de EEUU, pero el ‘cuándo’ y el ‘cómo’ son extraordinariamente importantes.