El empresario, la pieza de caza mayor para Podemos

La legislatura se le está haciendo larga a más de uno y, para quien no se haya dado cuenta todavía, han terminado por atacar a quien da trabajo a los españoles: las empresas.

No es la primera vez que desde la extrema izquierda ataca directamente a algún nombre propio, en este caso Juan Roig y en otros anteriores han sido Florentino Pérez o Amancio Ortega. Estos nombres, han hecho de España un país donde el concepto de empresario lleva consigo el de la creación de puestos de trabajo.

La empresa no es una cooperativa donde todos reparten los beneficios. Pero es que, además, Belarra ataca a un Roig que genera casi 100.000 puestos de trabajo, cuya empresa ofrece importantes cursos de formación a sus empleados, que cuentan, además, con el nivel retributivo más elevado de su sector.

Belarra debe abandonar el Gobierno, cosa que por falta de vergüenza no hará. Ese ataque a una parte importantísima de los agentes económicos, además de manera irresponsable y falsa, requiere que el jefe del Ejecutivo la releve, cosa que por falta de decencia no hará. De esta forma, el Gobierno se convierte en suscriptor de ese discurso, porque sino su cese ya se habría producido.

Podemos y Belarra no hacen más que demostrar su incapacidad en un Ejecutivo venido a menos y con la cabeza en las urnas. Tratan de desviar la atención de su gestión a chivos expiatorios para problemas que no saben como paliar. Los empresarios pueden ser grandes socios de Gobierno y han sabido ser capaces de negociar juntos medidas. Este clima de crispación no hace más que repercutir en una ciudadanía que cada vez pasa por más dificultades y un Gobierno que no ayuda a incentivar la economía.

La voluntad de buscar enemigos para estimular el voto bajo la lógica de nosotros contra ellos puede dejar por el camino más víctimas de las necesarias. La profesionalidad del sector de la distribución y los supermercados en general fue fundamental para superar los primeros meses de la pandemia y asegura hoy que opera con unos márgenes de beneficio de entre el 1% y el 3%.

Más allá de la obviedad de que ningún negocio puede regalar sus productos, las declaraciones de la también secretaria general de Podemos son un ejemplo más de una preocupante filosofía que por desgracia resulta habitual en España: la que exige castigar el éxito. Ya sea por envidia o por un intrínseco espíritu picaresco, los españoles parecemos destinados a la mediocridad y a tildar de monstruos a aquellos que triunfan.

Pero es que a Belarra no solo se le han echado encima los empresarios, también el secretario general de UGT, Pepe Álvarez, defendía al propio Roig diciendo que no le parecía que el foco tuviese que estar sobre la que paga mejor era la manera de situar un problema.

De modo que, si bien la retórica del gobierno sigue insistiendo en ligar la subida generalizada de los precios a un supuesto ensanchamiento de los márgenes de las empresas, algunos altos cargos del Ejecutivo empiezan a desmarcarse de la propaganda y reconocen que, a la vista de las cifras, lo que está pasando es algo muy distinto y, si los precios suben, es porque los costes de producción también lo están haciendo.

2 comentarios

  1. A. Javier dice:

    De cada 10 empleos nuevos en España al menos 4 son en el sector público, insostenible ¿Bellara y compañía nada que decir?
    Aunque por otro lado es una vergüenza que hay que atajar el que los altos directivos del IBEX cobren cada año mas veces el salario medio de sus empresas: pura avaricia.

  2. A. Javier dice:

    Quería decir Belarra.

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