70 años de luces y sombras

La pasada semana murió ‘Queen Elizabeth II’ tras 70 años de reinado. La monarca que no estaba destinada a serlo y menos de una manera tan temprana. A los 25 años se convirtió en Reina tras la muerte de su padre, que llegó a la corona tras la abdicación de su hermano, quien cedió el derecho para casarse con una mujer divorciada, algo que era inaceptable para la monarquía inglesa de la época por motivos políticos y religiosos

FUENTE: EFE

Su coronación se produjo en dos años después de la muerte de su padre, en junio de 1953, en medio de un gran periodo de austeridad provocado por la II Guerra Mundial. Desde su llegada a Palacio, Isabel siempre ha actuado como una figura muy institucional y constitucional, trabajando con seriedad sobre su derecho a consultar, aconsejar y advertir, pero sin inmiscuirse más allá. Sabía que era jefa de Estado, pero no de Gobierno.

Buckingham se abrió con el paso de los años hacia una entidad menos formal y cercana a aquella sociedad, destruyendo la mística impenetrable de la realeza pero que logró aumentar el apoyo del país hacia la monarquía. En 1977, el Jubileo de plata fue celebrado con entusiasmo en las calles. El afecto por la monarquía parecía seguro y gran parte de eso se debía a la propia reina. Año tras año, Isabel II siguió cumpliendo con sus deberes, viajando y promoviendo los intereses británicos.

Desde que ascendió al trono, la monarquía de la reina Isabel II cobró la popularidad más alta que se haya visto por más de 70 años. Según un sondeo de Ipsos Mori para Kings’s College de Londres, el 76 % de los británicos se declaró satisfecho con la Corona y solo el 17 % optó por la República.

No todo fue color de rosa

Pero la admiración no es unánime. Para algunos, su muerte ha despertado recuerdos de la historia en ocasiones sangrienta del gobierno colonial: atrocidades contra los pueblos indígenas, el robo de estatuas y artefactos de las naciones de África occidental, oro y diamantes del sur de África e India, esclavitud y opresión.

Mientras muchos lideres de antiguas colonias se deshacen en elegios tras su fallecimiento, otros tantos atacan su papel una vez muerta y por lo que le recriminan no solo no haber reconocido los “crímenes” perpetrados por su familia, sino que “fue una orgullosa abanderada de estas atrocidades”, califican políticos sudafricanos.

Entre las extrañas posesiones de la reina se incluían minas de oro, huevos Fabergé y una cantidad inabarcable de tierras. Como cabeza la Corona, también cuenta con palacios y castillos como el de Balmoral. La reina fue siempre muy reacia a hacer público su patrimonio, una fortuna privada que superaría los 400 millones de euros según las estimaciones y que se dispararía hasta los 14.300 millones si englobamos todo el patrimonio real. Desde 1993, Isabel II quiso sentar precedente y pagar impuestos. Por eso los británicos se llevaron las manos a la cabeza cuando, en los Papeles del Paraíso, aparecieron inversiones millonarias a través de uno de los ducados de la reina en fondos offshore de las Islas Caimán y Bermudas que más tarde no aparecían reflejados en las cuentas anuales.

No todo fue fácil en estos 70 años. Acusaciones de racismo, infidelidades, excesos, fetichismos, divorcios… Isabel II ha tenido que hacer frente a numerosas polémicas durante su mandato, con todo lo que ello conlleva en un mundo en el que tienen prohibido hasta jugar al Monopoly. Sin entrar en amarillismos ni polémicas fuera de lo que fuera exclusivamente su actividad monárquica, la serie ‘The Crown’ refleja todo lo documentado de su vida, con todo lo que ello ha supuesto.