
El mundo laboral tiene un sentido de sencilla complejidad. Su filosofía se cimienta en la pura necesidad de recursos humanos que tiene cualquier producción del tipo que sea, será mayor o menor, dependiendo de cómo la técnica influye en ella y aun así esta también precisará de esa mano de obra.
Fuente:EFE
Así pues en este proceso sucede que el ciclo de la vida va transformando las capacidades físicas y mentales que tenemos, y llega el momento que nos imposibilita, de una forma u otra, continuar activos en el mundo laboral; es en este momento cuando se genera la necesidad de que se produzcan unos ingresos que nos permitan seguir manteniendo nuestro nivel de vida; esto es lo que denominamos: pensión por jubilación que puede incrementarse con los ahorros que hayamos podido producir, quien haya tenido esa posibilidad.
El tema de las pensiones ha sido un motivo de debate permanente, en especial porque en este periodo democrático se ha convertido en un instrumento político que se utiliza para criticar al gobierno de turno, y con poca capacidad para generar escenarios que den garantía a algo de tanta importancia y consistencia como es esta cuestión, que tiene una incidencia social, en la fase final de las personas, y a la vez económica, pues es un importante porcentaje del PIB que se genera.
Lo cierto es que la sociedad evoluciona en todos los sentidos y uno de ellos es la demografía en un incremento constante, no en balde los avances en medicina, la depuración en la alimentación y las formas de vida, permiten que estemos ya superando la media de los 80 años de vida, y por tanto incrementando el gasto en las pensiones, añadiendo además que somos un país con un claro envejecimiento.
Pero todo esto no es óbice para que existan fórmulas que vayan adecuando el sistema de pensiones al modelo societario y laboral de cada momento, pues el abandono de este servicio nadie lo contempla y sería de tal repercusión que se derivaría en una explosión social de índole incalculable.
El modelo: quienes trabajan pagan las pensiones de los que están jubilados, depende de la cantidad de trabajadores activos que haya en cada momento. En la actualidad estamos en un desequilibrio de una cierta importancia: incremento de jubilados y no aumento de trabajadores. Sin embargo, podíamos ir transformando el sistema del destino de las cotizaciones de tal forma que lo pagado por cada trabajador, en un porcentaje determinado, se convierta en su propio fondo de pensiones, no obstante, esto debería hacerse teniendo en cuenta que una parte tendría una consideración más de impuesto que de tasa, pues se destinaría a la protección de quienes no han podido tener su propia pensión.
Igualmente el Estado debería garantizar una mínima pensión a todos los españoles y eso continúa llamándose impuestos, hagamos de ellos nuestro orgullo y prestigio, pues pensemos sobre esta cuestión: ¿qué preferiríamos pagar una cantidad importante de impuestos porque ingresamos mucho, o no pagar porque nuestros ingresos son escasos?, sin duda yo deseo pertenecer al primer grupo, imaginar la fortuna que es pagar impuestos como consecuencia de no tener problemas económicos.
Pues deberíamos pensar cómo somos capaces de componer un modelo donde se mezclen cotizaciones, impuestos y mayor edad de jubilación, y puedo asegurarles que no solo saldrá la solución a este momento, además habrá mayor demanda de puestos de trabajo. Las pensiones son la esencia de la sociedad del bienestar que deseamos vivir.
,,La fortuna que es pagar impuestos, por tener ingresos económicos…pero la alegría es mayor que sin querer dar UN PALO AL AGUA, goces de muchos beneficios. Con esta insensatez no habrá empujones para buscar trabajo.
Efectivamente don Manuel. A estas alturas del sigo XXI poca explicación veo al aumento o perpetuación del número de pensiones NO CONTRIBUTIVAS. Estás deberían Ir reduciéndose hasta ser un número muy marginal. La responsabilidad y el esfuerzo es la base de una sociedad sana y próspera. Hay que empezar un sistema mixto sin dilación. Buen ejemplo el noruego.